EUROPA
PRESS
26
agosto 2016
No siempre es fácil mantener nuestros ojos y nuestras manos fuera
de la comida cuando ya hemos comido la cantidad que necesitamos. ¿Cuántas veces
el 'hambre' emocional o simplemente la gula te ha
hecho comer más de lo que necesitas?
Ante
esta situación, lo mejor sería tener fuerza de voluntad y aceptar que no tienes
en realidad hambre y no comer nada más. No hay duda en que la clave para
mantener una buena alimentación y no subir de peso está en el autocontrol. Sin
embargo, esto no es tan sencillo. Así, normalmente, nos dejamos llevar y
comemos todo lo que tenemos en el plato.
Debes
de tener en cuenta que la ingesta calórica debe estar en consonancia con el
gasto calórico. Los datos científicos de que se dispone indican que las grasas
no deberían superar el 30% de la ingesta calórica total para evitar un aumento
de peso, lo que implica dejar de consumir grasas saturadas para consumir grasas
no saturadas y eliminar gradualmente las grasas industriales de tipo trans.
No se
trata de que cuentes calorías pero sí de que tengas en cuenta que comer más de
lo que necesitas tiene una consecuencia que va más allá del aumento de peso, ya
que a la larga una mala alimentación está asociada con un aumento en el riesgo
a desarrollar algunas enfermedades.
La
doctora Kristin Kirkpatrick, dietista de la Cleveland
Clinic, tiene estas sugerencias que aquí recogemos:
1.
Usar bolsas de
plástico para reducir las porciones
Puedes
usar bolsas de sándwich, o las que se usan para congelar. Divide en diferentes
bolsitas el contenido de los paquetes grandes, así puedes repartir porciones de
alimentos como cereales o patatas fritas y, sobre todo, limítate a estar
porciones.
2.
Comer en platos más
pequeños
Cuanto
más grande sea el plato más grande es la ración que vas a comer. Acostúmbrate a
utilizar platos más pequeños, sobre todo para los platos principales, de ese
modo las porciones serán de menor tamaño.
3.
Come más despacio
Reduce
la velocidad al comer. Esta científicamente comprobado que la comida se
disfruta más cuanto más se mastica. Pero además, comer más despacio ayuda a que
te sacies antes. Al comer más lento, le da a su estómago más tiempo para enviar
un mensaje al cerebro que está lleno.
4.
Guarda las sobras
Si no tienes
hambre y sobra algo en el plato... ¡NO te lo comas! Todos tenemos tuppers, guárdalo para otra comida. Y si se trata de una
comida familiar, Kirkpatrick recomienda evitar el picoteo de las sobras, por
eso su consejo es meterlo en tuppers de forma inmediata.
"Trata
de evitar una comida de tipo de estilo familiar, porque si tienes los cuencos
allí, a la vista, y estás aburrido y distraído, es posible que empieces a picar
de ellos", afirma. Además, señala que es menos probable que vuelvas a
servirte si tienes que pasar por el proceso de ir a la nevera, coger el
recipiente y calentarlo..
5.
Pregúntate por qué
estás comiendo
Cuando
estés finalizando la comida, si aún queda algo en el plato, pregúntate si
tienes hambre. Es fácil dejarse llevar pero si te haces esta pregunta podrás al
menos reconocer qué te está motivando a comer. En el mejor de los casos podrías
aceptar que no tienes en realidad hambre y no comer nada. Otras veces, ser
consciente te puede ayudar a decidir mejor qué comer y optar por algo más saludable.